domingo, 15 de junio de 2014

Aitzol Gogorza debe ser puesto en libertad.

La idea básica de verdad, justicia y reparación para todas las víctimas de la violencia no puede dar paso a una lógica de venganza que nada tiene que ver con la necesaria justicia.  Por eso la continuación en prisión de Aitzol Gogorza  es injusta, máxime cuando ya ha cumplido buena parte de la condena impuesta en su día. Cada momento que pase en prisión es una puerta abierta a un desenlace que debe y puede ser evitado. Es el momento de que Aitzol Gogorza recupere su libertad.

El vecino de Errenteria Aitzol Gogorza lleva en prisión desde el año 1999. Fue sentenciado a una pena de 20 años.Actualmente se encuentra encarcelado en la prisión de Basauri. Ha sido ingresado varias veces en el hospital de Basurto (Bilbao) desde que en abril de 2012 fuese trasladado procedente de Sevilla. Esta persona sufre un trastorno obsesivo compulsivo grave, en opinión de fuentes jurídicas y penitenciarias.

Ya el pasado año se presentó un escrito ante la Sección Primera de la Sala de lo Penal en el que se pedía la suspensión de condena del preso en virtud del artículo 60 del Código Penal en el que se establece que cuando se "aprecie en el penado una situación duradera de trastorno mental grave que le impida conocer el sentido de la pena", se "suspenderá la ejecución de la pena privativa de libertad, garantizando que reciba la asistencia médica precisa". Por otro lado, se presentó otro escrito ante el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria en el que piden la concesión de un tercer grado o la aplicación del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario que supondría su excarcelación. En la prisión de Basauri se le aplicó un plan de prevención de suicidios en prisión, ya que los médicos indican en sus informes que Aitzol Gogorza tiene "ideas autolíticas", es decir, conductas suicidas.


La idea básica de verdad, justicia y reparación para todas las víctimas de la violencia no puede dar paso a una lógica de venganza que nada tiene que ver con la necesaria justicia.  Por eso la continuación en prisión de Aitzol Gogorza  es injusta, máxime cuando ya ha cumplido buena parte de la condena impuesta en su día. Cada momento que pase en prisión es una puerta abierta a un desenlace que debe y puede ser evitado. Es el momento de que Aitzol Gogorza recupere su libertad.